lunes, 4 de mayo de 2020

!Despierta tu gigante interior¡

¿Te has planteado alguna vez utilizar el poder que tienes en tu interior?
¿Has decidido que no vas a conformarte con menos de lo que puedes llegar a ser?
¿Tienes claro que lo que necesitas para hacer tus sueños realidad está dentro de ti?
Pues sí. Ahí está. Esperando a que decidas despertar y exigir lo que te mereces.
Esperando a que te enteres de que nada cambia con la queja, ni con el “no puedo” ni con hacer algo diferente un día y seguir haciendo lo mismo todos los demás.
Porque resulta que la repetición es la madre de toda habilidad y de todo camino al éxito.
Que los cambios, para que surtan efecto, tienen que ser constantes y duraderos.
Y, además, para que den sus frutos, necesitas:
Dejar de mirar hacia afuera, hacia lo que hacen los demás, y empezar a mirar hacia dentro: ¿Qué quieres en tu vida? ¿Qué es eso que no estás dispuesto a aceptar? No lo pienses solamente, escríbelo.
Aprender a creer. Creer que se puede, creer que tú puedes, que sí, que te lo mereces, que eres capaz y que vas a darlo todo… Necesitarás creer con total convicción para superar retos
y desafíos. Haz una cosa: fíjate en los que están donde tú quieres estar y observa cómo piensan y lo que creen. Eso es lo que tienes que empezar a creer tú.

Encontrar la estrategia que te funciona. No importa las veces que tengas que cambiar, pero si lo que haces no está dando resultado, ¡haz otra cosa ya! Ahora y cuando emprendas el camino, siempre, reflexiona y cambia lo que no funcione.
Aprender a hacerte buenas preguntas. Porque las preguntas que te haces sobre ti mismo te enfocan hacia algo y condicionan tus resultados. Si te preguntas “¿por qué no soy capaz?” encontrarás mil excusas y motivos. En cambio, si te preguntas “¿qué tengo que hacer para ser capaz?” o “¿cómo voy a serlo esta vez?”, encontrarás caminos y soluciones.
Visionar lo que quieres. ¿Cómo vas a dirigirte a un lugar que no conoces? ¡Es imposible ir si no sabes a dónde vas!
Te propongo un juego. ¿Recuerdas dónde estabas hace diez años? ¿Cómo era tu vida? ¿Qué hacías? Si entonces te hubieran preguntado donde querías estar en diez años, ¿qué habrías contestado? ¿Estás hoy donde deseabas estar?
Es una pregunta importante, porque de lo que respondas también dependen los próximos diez años de tu vida. ¿Cómo quieres vivirlos? ¿Qué va a ser lo importante para ti? ¿Qué vas a hacer hoy para crear esa vida que deseas mañana? ¿Qué te vas a proponer a partir de ahora? Ahora es el momento de diseñar los próximos diez años de tu vida, y no una vez que hayan pasado.
Y empezar a tomar decisiones hoy. Porque para dirigir tu vida tienes que encargarte de ella. Darte cuenta de que lo que importa no es lo que haces de vez en cuando, sino lo que haces continuamente. De que, antes de cualquier acción, hubo una decisión.
Una decisión de ser más feliz.
Una decisión de hacer algo que te apasione.
Una decisión de querer y ser querido.
Una decisión de dejar atrás lo que ya no vale la pena.
Tanto si es algo que te emociona como si es algo que te da miedo, la diferencia está en que tomes una decisión y actúes.
Las decisiones que tomes hoy marcarán dónde vas a estar mañana.
Como bien dicen por ahí, lo mejor que puedes tomar para ser feliz son decisiones.
Decisiones acerca de en qué vas a poner el foco. ¿Vas a fijarte en lo que no funciona? ¿Vas a mirar todo lo que te falta? ¿O vas a repetirte lo que va bien y cuanto has avanzado ya?
Decisiones acerca de lo que significan las cosas para ti. Porque si algo te produce angustia o dolor, no se debe a ese hecho en sí, sino a cómo tú te lo explicas, a lo que te dices sobre eso. No me duele que esa persona me trate mal, me duele cómo yo interpreto la manera en que me trata… Lo importante para nosotros no son los acontecimientos, sino como los interpretamos. Y una de las cosas más maravillosas del ser humano es que tiene el poder de cambiar eso, de transformar sus ideas sobre sí mismo y sobre las cosas que le pasan. Y no, no es un autoengaño. Todo lo contrario.

Decisiones acerca de qué hacer y qué no hacer para llegar a los resultados que quieres.
Y recuerda que si no tomas ninguna decisión o simplemente te dejas llevar, en realidad también estás tomando una decisión. La de no hacer nada.
Que la vida no funciona con un “me gustaría que me pasara esto, voy a soñarlo y a imaginarlo muy fuerte a ver si sucede”.
Ni con un “todo eso que me cuentas está muy bien, pero mírame, mira lo que me ha pasado, mira como es mi vida, mira como soy yo… Yo no tengo esas oportunidades de las que hablas”. Perdona que te lo diga pero eso, además de excusas, son muros que te impiden ver el horizonte.
Porque son tus decisiones y no tus circunstancias lo que determina tu destino.
Porque te garantizo que si tú te decides no habrá muro que se interponga en tu camino. Si te decides y actúas, claro está, porque decisión sin acción es como un vaso sin agua en medio del desierto.
Así que, repite conmigo:
“Esto es lo que soy, esto es lo que quiero en mi vida y esto es lo que voy a hacer para conseguirlo. Nada me impedirá alcanzar mi destino. No voy a impedir que nadie me lo niegue”.
El cómo lo harás no importa tanto. Lo que importa es que estés decidido a hacerlo. Porque cuando te decides y te comprometes, el cómo se abre camino delante de ti. Te lo prometo.
¿Sabes que los Beatles, cuando a comienzos de los sesenta no encontraban trabajo en Inglaterra, se fueron a Hamburgo y estuvieron allí tocando todas las noches durante dos años en antros de mala muerte? Ocho horas al día, siete días a la semana. Imagínate la cantidad de horas que habían tocado juntos dos años después. ¿Es el éxito fruto del talento, entonces? Yo más bien diría que el talento es fruto de la pasión, el esfuerzo, la perseverancia y el compromiso contigo mismo. De decidir y de hacer.

Está claro. Ni el éxito ni el fracaso son experiencias que se produzcan de la noche a la mañana. Dependen de que pase lo que pase sigas adelante, observando lo que funciona y cambiando lo que no. Porque siempre habrá algo que no, y no pasa nada. No es un fracaso, es solo un resultado.  Aprende y reajusta la ruta, pero sin cambiar el objetivo final.

Vea el siguiente video.

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