lunes, 4 de mayo de 2020

Amate tu mismo

Amar a Dios sobre todas las cosas, nuestro primer mandamiento. Sin embargo amar a Dios implica entonces Amarte a ti mismo, porque ya sabemos que somos una chispa de Él. Pero, no estamos acostumbrados a mirarnos con amor, e incluso hacerlo nos causa mucho dolor. Buscamos amar a los otros, cuidarlos, atenderlos, complacerlos, y te pregunto ¿Cuánto de todo esto que haces por el otro, lo haces para ti mismo(a)?
Ámate a ti Mismo, es un regalo del Universo, porque nos enseña que nos está pasando, que heridas tenemos guardadas, que juicios tenemos grabados, que nos impiden muchas veces ir hacia adelante.
Louise L. Hay, es una referencia obligatoria cuando se habla de Empoderamiento,

Sanación, Crecimiento, Evolución, etc. Ella, a través de su propia Vida, nos lleva de la mano para entender qué es aquello que no nos permite dar un paso hacia adelante.


Amate a ti Mismo, es un formato de Sanación, un protocolo llevado paso a paso para ayudarte a Sanar.





Te regalo varias premisas de este maravilloso libro, y en la medida que lo apliques, observa que te pasa, que pasa en tu cuerpo, que pensamientos y emociones acuden a ti.


1. La primera oración que te invito a que digas es “Estoy dispuesta(o) a cambiar”, ¿Cómo te suena esto? Cuántas tantas mariposas sentiste en tu estomago cuando te dices ¿Estoy dispuesta(o) a cambiar? El cambio tiene que comenzar en ti, no es cambiar el otro. Es cambiar en ti los switches que se activan cuando el “otro” dice o hace algo.

2. Somos responsables de todas las experiencias de nuestra vida, y aunque es una afirmación muy difícil de entender, cuando ya la aceptas, te ayuda a buscar la fuerza interior necesaria, para cambiar tu destino.

3. Cuáles son tus creencias limitantes? Enumerarlas para que la hagas consciente. Sin importar las creencias que tengas sobre ti, todas ellas son pensamientos y los pensamientos se pueden cambiar.

4. Podemos cambiar nuestra actitud hacia el pasado. Lo pasado, pasado, eso no lo puedes cambiar. Sin embargo hoy puedes cambiar como te sientes con relación a él.

5. Perdonó desde el corazón y me libero de todo. El camino hacia la libertad pasa por la puerta del perdón.

6. Diseña varias afirmaciones que te empoderen. Creo firmemente en las afirmaciones o declaraciones o decretos, un pensamiento dicho muchas veces cambia cualquier creencia que puedas tener sobre ti. Particularmente me encanta comenzar las afirmaciones con mi nombre: “Yo Mercedes Navas, soy una mujer inteligente, agradecida, prospera, feliz en todos los ámbitos de mi vida.”


Ver el siguiente video: Aprendamos a amarnos a nosotros mismos antes que alguien mas.




Somos muchos los que deseamos amar incondicionalmente y conocer el amor verdadero. Ahora bien, amar es un arte que requiere paciencia, cuidado, disciplina y responsabilidad. El amor es honestidad, conocimiento, respeto, libertad, confianza y entrega, en primer lugar en relación a uno mismo y luego con el otro. Amar es una práctica, una disposición a ejercitar. Y para ello, lo mejor es aprender a quererse así como quieres que te quieran; aprender a cuidarse, aceptarse, valorarse y respetarse día a día, en todo momento y circunstancia.

Buscamos el amor fuera de nosotros, anhelamos ser amados cuando la gran verdad es que no hay amor suficiente que pueda colmar un corazón hambriento de amor. Nadie puede llenar el profundo vacío que uno mismo no se hace cargo de llenar. Así pues, llena tu vida de tu propia presencia, cultiva el arte de hacerte feliz y disfruta de la libertad de tu soledad, si es el caso. Se el amor de tu vida.
Si bien creo en la complejidad de los procesos de autoconocimiento y transformación personal, y no tanto en las “recetas”, sé también que hay buenos hábitos y prácticas que generan amor por uno mismo. Para ello, he elaborado una lista de doce fructíferas prácticas que paso a exponer a continuación.

1. Conócete a ti mismo. Los ojos son las ventanas del alma, por eso mírate de vez en cuando a los ojos en un espejo durante un mínimo de 5 ó 10 minutos. Tal vez tengas ganas de llorar. Está bien. Mientras te miras, háblate con cariño. Conecta con tu corazón.

2. Abrázate. Abrázate cuando estés contenta y especialmente cuando estés triste o cansada. Acógete, mécete y acepta lo que sientes. Sé compasiva y amorosa contigo.

3. Aprende a hacer el 8, es decir, a unir conciencia y corazón: haz yoga, medita, respira conscientemente, vete a pasear, correr o a nadar; baila, haz ejercicios de conciencia corporal y autoexpresión, pinta mandalas. Haz aquello que te conecta con tu esencia.

4. Di: “te quiero igual”. “Te quiero igual” si estás desanimada, si las cosas no salen como quieres, si estás confusa, agitada, triste, aburrida o cansada. Ponte a tu favor y no en tu contra, se tu aliada y no tu enemiga, sin indulgencia o victimismo.

5. Pregúntate a menudo que sientes, que necesitas, que te apetece, que te haría bien. Párate a escucharte y sentirte para conectar con tus sentimientos y necesidades, y obra en consecuencia. Como el uso de la mascarilla en el avión, ponte en primer lugar.

6. Date eso que necesitas: tiempo, consideración, buen trato, comprensión, experiencias nuevas, conversar con los amigos. Piensa en ti y di “NO” cuando quieras decir no. Aléjate de las personas que te hacen daño.

7. Mira fotografías de cuando eras niño o niña y llevatelas al corazón. Conecta con tu niño, con tu niña interior a solas y también cuando abraces a tus hijos, les escuches y te veas en ellos.

8. Toma conciencia de tu diálogo interno, de cómo te haces daño, desvalorizas, criticas y juzgas. Obsérvalo, cámbialo y rectifica, y luego déjalo ir, sin añadir nada más. El cambio y la transformación provienen de la aceptación, no del rechazo.

9. Sé tu mejor amigo o amiga. Práctica maitri, la amistad incondicional contigo mismo: escúchate, apóyate, se amable contigo, especialmente ante tus dificultades y errores. Acepta lo que no te gusta de tí, sin justificarte y aprende a sostenerte.

10. Alimenta tu alma. Recupera actividades que te gustaban en la infancia: montar en bici, dibujar, tocar algún instrumento musical, bailar, escribir, disfrutar de la naturaleza, cantar.

11. Valora y agradece lo positivo de tu vida. Aprecia tu día a día. Aprecia tu proceso, tus esfuerzos por crecer, salir adelante y aprender a amar(te) sin condiciones. Cree en ti, en tus capacidades, tus sueños y proyectos. Gratitud es riqueza, queja es pobreza.

12. Aprende a calmar tu mente, a no alimentar el miedo, a elaborar tus emociones, a expresar lo que necesitas. Cuida de tu cuerpo y nutre tu alma. Conecta con tu divinidad, confía en la Vida, y ten por seguro que lo que crees, lo creas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario